Probablemente el primer libro que cae en unas manos pequeñas se use para chuparlo por puro placer.
Poco a poco, ese material duro y sabroso se torne menos resistente y se use para romperlo, también por placer.
Cuando se descubre que los signos de aquellas páginas son descifrables el placer ya no es asequible. Se necesita un ayudante, con más experiencia, para que lo que allí se narra se torne agradable , como una ensoñación, como algo que crece en nuestras mentes y se vuelve tan grande e inabarcable como cada cual quiera y pueda.
El placer de la lectura versus el “nec- ocio” diario.
Y poco a poco el placer se va decantando hacia derroteros muy diversos y variados. Cuentos maravillosos, leyendas, versos, historias de amor , de desamor, de intriga. Historias fantásticas e historias reales como la vida, para salir del aquí y transportarnos al allá. Para abrir nuestras cabezas pensantes. Para conocer otros mundos, otras artes, otros tiempos, otras gentes…otros universos.
>Anda, coge un libro, no seas remolón y levántate.<
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